El Gran Premio de Japón ha traído consigo un torbellino de emociones y controversias que han sacudido al equipo Red Bull. En medio de rumores sobre una posible salida de Max Verstappen al final de la temporada, la situación de Liam Lawson ha encendido aún más los ánimos dentro del equipo. Todo comenzó cuando Giedo van der Garde, un piloto holandés, lanzó un mensaje en Instagram que no pasó desapercibido: «Esto se acerca más al acoso o a una decisión de pánico que a los logros de un atleta de alto nivel».
Verstappen toma partido
La chispa del debate se encendió cuando Verstappen, con un simple ‘me gusta’, apoyó las palabras de Van der Garde, dejando claro que su desacuerdo con la degradación de Lawson era palpable. En Suzuka, el tetracampeón no dudó en comentar: «No fue un error», subrayando que su opinión sobre la situación va mucho más allá del cambio en el equipo. A pesar de todo, intentó ser diplomático diciendo que no siempre es necesario compartir todo públicamente.
Lo cierto es que mientras Verstappen reflexiona sobre los problemas del coche y cómo estos afectan a sus compañeros novatos, Lawson se siente abrumado por toda esta atención negativa. «Yo soy el más sorprendido», declaró recientemente. La presión es inmensa y el ambiente dentro del equipo parece estar cargado. A medida que avanza la temporada, todos son conscientes de que las decisiones tomadas pueden marcar un antes y un después para muchos.
A medida que nos adentramos en este drama automovilístico, queda claro que las tensiones están altas y las decisiones cruciales se hacen sentir. ¿Logrará Red Bull mantener la calma o será este solo el principio de una serie de turbulencias?