En la antesala del Gran Premio de China, Carlos Sainz se enfrenta a un reto que va más allá de las altas velocidades y las curvas traicioneras. Con un 13º puesto en la clasificación Sprint, el piloto madrileño admitió abiertamente que no se siente cómodo al volante. En sus propias palabras: “He tenido problemas con el equilibrio todo el día”, reflejando así la dificultad que ha enfrentado durante toda la jornada.
Una búsqueda constante de confianza
Acompañado por su fisio, Gigi della Bonna, Sainz se mostró realista sobre su situación. Aunque reconoció que el rendimiento del FW47 es prometedor, aún le queda camino por recorrer para entender los reglajes del coche. “No me siento cómodo en el coche. Todavía tengo que aprender y entender muchas cosas al respecto”, continuó, dejando claro que cada vuelta cuenta en esta intensa carrera por adaptarse.
No muy lejos de él, su compañero Alex Albon estaba contento con su 9º lugar en parrilla pero también consciente de las limitaciones del Williams en este circuito veloz y rectilíneo. “Esta pista no nos sienta del todo bien ahora mismo”, expresó Albon, quien sabe que deben trabajar duro para optimizar el rendimiento del coche.
A medida que avanza la competición, tanto Sainz como Albon parecen compartir una visión clara: hay mucho por mejorar y ajustar antes de alcanzar ese nivel óptimo que ambos buscan desesperadamente. La esperanza está presente; mañana será otro día y con él, nuevas oportunidades para brillar.