En Andorra, donde el ambiente se siente como en casa, un nuevo capítulo se está escribiendo en la historia del club. Carles Manso ha tomado las riendas del equipo tras la marcha de Ibai Gómez y parece que su camino como técnico ya no tiene vuelta atrás. Desde ese día, un triunvirato formado por Aitor Yeto, Daniel Ortiz y el propio Manso ha empezado a pilotar un barco que navegaba en aguas turbulentas.
¿Podrá el Andorra volver a brillar?
Después de varias semanas de incertidumbre, parece que la Directiva tricolor ha decidido apostar por una fórmula familiar: confiar en alguien que conoce bien el club. Con Manso al frente, los pirenaicos han disputado cuatro partidos; aunque empezaron con un empate en El Molinón y algunas derrotas dolorosas ante rivales como la Cultural y Almería, ¡por fin lograron una victoria! Fue un respiro tras 11 jornadas sin conocer el sabor del triunfo.
No solo eso, este nuevo enfoque cuenta con el respaldo incondicional de Gerard Piqué y su mano derecha, Jaume Nogués. La confianza es clave en este deporte y parece que esa fe podría dar sus frutos pronto. Uno de los jugadores destacados fue Efe Akman, quien llegó desde Galatasaray y se mostró encantado con su primer partido como titular: «Me sentí muy bien» dijo emocionado. Se nota que este chico tiene ganas de demostrar todo lo que puede aportar al equipo.
A pesar de reconocer la mala racha anterior, Akman mantiene una actitud positiva: «Merecimos más puntos», aseguró contundente. Y ahora miran hacia adelante; tienen claro que su próximo rival, el Dépor, será complicado pero están listos para enfrentarlo con toda la fuerza posible porque saben que también son un buen equipo.
Por otro lado, Jesús Owono ha sido convocado para participar en la Copa de África convirtiéndose en pionero dentro del club. Un logro individual que refleja cómo el trabajo duro puede abrir puertas incluso a nivel internacional.
A medida que avanza esta nueva etapa bajo la dirección de Manso, todos esperan ansiosos si realmente podrán dejar atrás esa sombra oscura de resultados mediocres y volver a sentir ese orgullo tricolor sobre el campo.

