En un ambiente donde el fútbol despierta pasiones, la LaLiga no se queda atrás al recoger los cánticos más controvertidos de los partidos. La última jornada ha dejado claro que algunos aficionados aún tienen mucho que decir, y no precisamente en un tono amable. En Mendizorroza, durante el encuentro entre el Alavés y el Real Madrid, los gritos dirigidos a Asencio resonaron con fuerza, revelando una faceta del deporte que muchos preferirían ignorar.
Cánticos que marcan la pauta
No es un hecho aislado. En diversos encuentros como Barcelona-Osasuna, Getafe-Espanyol y Sevilla-Oviedo, se han registrado canticos que incitan a la violencia o son abiertamente insultantes. En Barcelona, por ejemplo, los aficionados locales no dudaron en entonar durante varios minutos un claro “Puta Real Madrid”, mientras que en Getafe se escucharon gritos dirigidos hacia el árbitro con un “hijo de puta”. Se trata de una cultura arraigada en las gradas que desafía cualquier intento de civilidad.
A lo largo del partido entre Alavés y Real Madrid, se registraron cánticos como “Asencio, escoria” y “Písale, písale la cabeza”, evidenciando cómo algunos seguidores sienten la necesidad de hacer sentir su desprecio. La pregunta es: ¿hasta dónde queremos llegar? Este tipo de actitudes tiran a la basura los valores deportivos fundamentales.
A medida que avanzamos en esta temporada llena de emociones y rivalidades intensas, quizás deberíamos reflexionar sobre qué tipo de afición queremos ser. El fútbol debería ser un espectáculo donde todos podamos disfrutar sin caer en el odio ni la intolerancia. LaLiga está haciendo su parte al denunciar estos actos; ahora nos toca a nosotros como comunidad exigir algo más que solo goles y victorias.

