Sevilla, un club que no se rinde, está en la cuerda floja, y su mirada está centrada en Isaac Romero. Este joven delantero ha sido el foco de atención después de recibir una sanción de dos partidos por su expulsión en el derbi ante el Betis. Ya cumplió uno de esos partidos en Mestalla, pero ahora el Sevilla quiere hacer todo lo posible para que pueda jugar este domingo contra el Oviedo.
La situación es crítica; el equipo necesita a Romero más que nunca. Con bajas significativas debido a lesiones y un Peque que no podrá ayudar desde la grada, las esperanzas están puestas en los servicios jurídicos del club, quienes han movido cielo y tierra buscando una solución rápida. Es como si estuvieran jugando al límite para evitar un monocultivo turístico en su plantilla.
Una afición expectante
Este encuentro es clave no solo por los puntos que están en juego, sino también porque servirá como antesala a la Junta General de Accionistas del lunes. Los rumores sobre posibles ventas y nuevos inversores han generado incertidumbre entre los seguidores del Sevilla, quienes ven cómo se tambalea su futuro. Todos esperan que el equipo les dé una alegría antes de cerrar el año con un choque complicado ante el Real Madrid.
Pero eso no es todo; justo después tienen un compromiso importante contra el Alavés en la Copa del Rey. La presión está presente y todos saben que recuperar a Isaac es esencial para dar ese empujón necesario al Sevilla. Almeyda ya comentó: “Lo más valioso aquí es la actitud de los jugadores; debemos sumar”. Así que esta semana será decisiva para todos los sevillistas.

