Este fin de semana, el Estadio El Sadar se llenó de energía y esperanza, cuando Osasuna consiguió una victoria necesaria frente al colista Levante. Los pupilos de Alessio Lisci se deshicieron del peso que les acompañaba desde hacía seis partidos sin ganar en liga. Con cada jugada, la afición sentía que era un partido crucial, y no estaban equivocados.
Un resurgir emocionante
Desde el pitido inicial, los rojillos mostraron su determinación. Víctor Muñoz abrió el marcador con un gol que hizo vibrar a todos los presentes; un remate preciso tras una asistencia medida de Rubén García. Y como si esto fuera poco, fue García quien volvió a brillar para poner el 2-0 en el marcador, aunque con una pizca de respeto por su antiguo club: decidió no celebrar ese tanto. ¡Qué grande!
A partir de ahí, el partido mantuvo una tónica controlada. Osasuna sabía que esos tres puntos eran vitales, especialmente para mantener al Levante aún más hundido en la tabla. Ahora, con quince puntos en su haber y la puerta a cero, los rojillos pueden mirar hacia adelante con algo más de optimismo.
Aún queda camino por recorrer y lecciones que aprender si quieren evitar asomarse peligrosamente a la zona roja. Pero hoy celebramos esta victoria redonda que trae aire fresco al equipo y a su afición.

