Este sábado, el Estadio de Mendizorroza se vestirá de gala para recibir un derbi que promete ser emocionante. Jon Pacheco, el navarro cedido por la Real Sociedad al Alavés, será sin duda el foco de atención. No hay cláusula del miedo en su contrato, lo que significa que podrá saltar al campo y darlo todo ante su exequipo. Y no es solo un partido más; es una oportunidad única para demostrar su valía.
Un regreso lleno de emociones
Pacheco no estará solo en esta jornada de reencuentros, pero su historia es especial. Aún pertenece a la Real y, tras este periodo en Vitoria, deberá regresar a Zubieta. El entrenador Eduardo Coudet respira tranquilo al saber que contará con él en defensa. Con Facundo Garcés sancionado por la FIFA, Pacheco se ha convertido en una pieza clave del equipo babazorro.
El canterano llegó a Vitoria cuando la temporada ya había comenzado y le costó encontrar su lugar entre los titulares. Sin embargo, desde entonces ha demostrado ser inquebrantable: ha jugado como titular en 7 de los últimos 8 partidos y su rendimiento ha sido sobresaliente. Fiable con el balón y fuerte en las disputas aéreas, está mejorando día a día también en sus tareas defensivas.
Se complementa perfectamente con Tenaglia y apenas ha cometido errores notables durante sus ocho encuentros con el Alavés. En este nuevo entorno ha encontrado la estabilidad y confianza que le faltaba bajo las órdenes de Sergio Francisco durante el verano pasado. Ha cumplido sus objetivos desde que aceptó esta nueva aventura y ahora tiene la ocasión perfecta para brillar frente al técnico que le dio la oportunidad de salir.

