En la noche del pasado encuentro entre el Athletic Club y el Real Madrid, San Mamés se convirtió en escenario de un espectáculo lamentable. La afición local, en lugar de disfrutar del fútbol, decidió centrar su energía en lanzar improperios hacia Vinicius Jr., el joven delantero brasileño que ha sabido ganarse el cariño de muchos pero también la antipatía de otros. Y es que, en un deporte donde se espera pasión y competencia sana, ver cómo un grupo de aficionados se une para insultar a un jugador es simplemente inaceptable.
Los cánticos que resuenan en nuestra memoria
A lo largo del partido, varios momentos marcaron este triste capítulo. En el minuto 19, los gritos de «Tonto, tonto» resonaron desde las gradas. No contentos con eso, a los 57 minutos repitieron una vez más con «¡Vinicius subnormal!», mostrando una falta total de respeto. Y por si fuera poco, en el minuto 76 volvieron a repetir lo mismo: «Tonto, tonto». Como si fuese un guion repetido hasta la saciedad.
Este tipo de actitudes no solo manchan la imagen del fútbol español, sino que reflejan una sociedad que aún tiene mucho camino por recorrer en cuanto al respeto y la tolerancia. Courtois, portero del Madrid, lo resumió perfectamente: “¿Los insultos a Vinicius? Somos personas…”. Son palabras que deberían hacer reflexionar a todos sobre qué tipo de ambiente queremos fomentar alrededor del deporte.
Es cierto que cada club tiene su propia identidad y sus seguidores son apasionados; sin embargo, nunca deberíamos permitir que esa pasión se transforme en odio o desprecio hacia otro ser humano. La Liga ha denunciado estos comportamientos y esperamos que sirva para erradicar estas prácticas tan lamentables. Porque al final del día, todos somos parte de esta comunidad futbolística y deberíamos apoyarnos mutuamente.

