Argentina celebró a lo grande la victoria en el Mundial de Qatar, poniendo fin a 36 años de espera desde aquel mágico 1986. Sin embargo, mientras el eco de los festejos aún resuena, Leo Messi parece estar jugando al despiste respecto a su participación en la próxima cita mundialista. En una reciente entrevista con ESPN, soltó un sincero: «Ojalá pueda estar allí. Sería algo que me encantaría. Si no, al menos lo veré en directo, pero siempre será especial. El Mundial es único para todos nosotros».
El peso de la camiseta albiceleste
Aún fresco el recuerdo de aquella emotiva despedida en el Monumental, donde Messi se quebró al pensar que podría ser su último partido como capitán argentino en casa, ahora reflexiona sobre el futuro con cierta cautela. A pesar de ello, está convencido de que la selección argentina tiene lo necesario para volver a luchar por levantar otro trofeo. «El grupo va a dejarlo todo; sabemos que un Mundial es complicado y cualquier rival puede complicarte», afirmó.
No podemos olvidar esos momentos intensos del pasado torneo, cuando la suerte le sonrió tras esa lucha titánica contra Países Bajos y Francia. “Fuimos superiores, pero llegamos a penaltis… y ahí tuvimos la bestia del ‘Dibu’”, recordó Messi sobre cómo los pequeños detalles pueden cambiarlo todo en un Mundial.
La presión es real. Ganar ese último título ha quitado una mochila enorme del país, reconoce Leo. “Cuando no eres campeón durante tanto tiempo, jugar sin esa carga es un alivio”. Pero claro, eso también trae consigo nuevos desafíos; ahora los rivales van con más ganas de vencerte.
A pocos meses del gran evento futbolístico del verano, Messi prefiere no adelantarse demasiado y se enfoca en su actual equipo, el Inter de Miami, donde buscará dar lo mejor en la final de la MLS. “A veces ni me doy cuenta de lo que he logrado hasta que miro atrás”, confesó mientras rememoraba sus inicios soñando con jugar en Newell’s y cómo su vida dio un giro total al llegar al Barcelona.

