El Villarreal se volvió a casa con un 4-0 en contra frente al Borussia Dortmund, y su entrenador, Marcelino García Toral, no pudo evitar expresar su frustración. ‘Este partido fue una montaña rusa’, decía tras el pitido final, consciente de que la primera parte había dejado una sensación amarga. Para él, el primer gol alemán llegó en un momento crucial y, además, con una mano clara que el VAR no revisó. ‘Si esa mano no hubiera existido, el balón no habría llegado a un compañero’, insistió con firmeza.
Análisis del partido
Marcelino reflexionó sobre cómo el encuentro se torció por esa jugada desafortunada. A pesar de la contundente derrota, defendió que su equipo había hecho las cosas bien. ‘Pudimos haber marcado antes; tuvimos ocasiones claras pero nos faltó puntería’, afirmó. En sus palabras resonaba la decepción de saber que dominaban el juego y sin embargo veían cómo la suerte les daba la espalda en los momentos clave.
‘En este nivel no puedes permitirte fallar; si tienes 44 minutos para marcar y no lo haces, es porque algo falla’, continuó Marcelino. Pero lejos de reprochar a sus jugadores por esta falta de acierto, optó por resaltar su esfuerzo y dedicación: ‘No tengo nada que reprocharles; han luchado hasta el final’. Y aunque reconoció que el rival tuvo una pegada impresionante aquel día, mantiene viva la esperanza de que pronto la suerte les sonría nuevamente.

