En un acto que no debería ser habitual, LaLiga ha denunciado recientemente una serie de insultos que han resonado en los estadios españoles, dejando claro que el deporte y la violencia no pueden coexistir. En esta ocasión, las críticas van dirigidas no solo al comportamiento de algunos aficionados de Osasuna durante su partido frente a la Real Sociedad, sino también a lo ocurrido en el Camp Nou, donde los cánticos ofensivos se apoderaron del ambiente.
Los gritos como “España es una mierda, el rey es un fascista” son solo un ejemplo del clima hostil que se vive en algunas gradas. Pero eso no es todo; durante el encuentro entre Barcelona y Athletic Club, los seguidores culés lanzaron improperios hacia Nico Williams cuando este caía al suelo, con cánticos como “písalo, písalo”. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar?
Cánticos que manchan nuestra pasión futbolística
No se trata solo de una falta de respeto hacia figuras públicas o instituciones; aquí está en juego algo más grande: la esencia del deporte. LaLiga ha recogido 14 incidentes en otros encuentros también preocupantes. El ambiente tóxico parece estar tomando fuerza y es alarmante. En el partido Valencia-Levante se escuchó “puto sapo el que no bote”, mientras que en partidos como Betis-Girona y Villarreal-Mallorca los árbitros recibieron su ración de insultos. ¿Es esto lo que queremos para nuestro fútbol?
A pesar de estos episodios vergonzosos, hay un rayo de esperanza. LaLiga ha implementado la plataforma LALIGAVS, donde los aficionados pueden enviar informes sobre situaciones violentas o inadecuadas en los estadios. Es un paso importante hacia la recuperación del espíritu deportivo, pero aún queda mucho camino por recorrer para erradicar estos comportamientos lamentables.

