Málaga vive momentos de incertidumbre y, en medio de este torbellino, Juan Francisco Funes se asoma como el nuevo capitán del barco malaguista. La presentación de Funes fue todo un espectáculo mediático, donde el director deportivo, Lorén Juarros, no ocultó las dificultades que atravesaba el club. Con una búsqueda fallida por otras opciones –sí, Meho Kodro estuvo en la lista– finalmente se apostó por quien hasta hace poco era el entrenador del filial, un equipo que ha tenido más sombras que luces esta temporada.
Un reto en tiempos complicados
La verdad es que la afición está más que preocupada. El filial de Funes marcha colista en Segunda RFEF con solo una victoria en once partidos, lo cual plantea serias dudas sobre su capacidad para revertir la situación en el primer equipo. Sin embargo, él llega con una inyección de confianza: “Conozco a la plantilla y sé lo que queremos construir”, afirmaba Funes con determinación ante los medios. Y aunque admite que tomar las riendas a mitad de temporada no es fácil, su experiencia con 14 jugadores del primer equipo –algunos han estado bajo su ala durante más de cuatro años– le da un punto a favor.
Aún así, dejó claro que no ha tenido contacto directo con los capitanes; esos primeros pasos son clave y están marcados por una comunicación efectiva. “Voy a darlo todo desde mi primer entrenamiento”, aseguró. En cuanto a objetivos, aunque no se mojó demasiado –“hay que marcar metas a corto plazo”– se mostró optimista: “No tengo dudas de la capacidad de este grupo”. Es como si estuviera lanzando un mensaje directo al corazón del malaguismo: “Esto va a salir bien”. Solo queda esperar y ver si esa promesa se convierte en realidad.

