El Atlético de Madrid Femenino aterrizaba en Enschede con una mezcla de urgencia y orgullo, como suele suceder en las grandes noches europeas. Sabían que no ganar era como asomarse al abismo; pero lograrlo significaba recargar energías antes de los duros duelos que se avecinan contra el Bayern de Múnich y el Olympique de Lyon, dos partidos que decidirán si su ambición se traduce en éxito o más bien en un llamado a la reflexión.
Un despliegue de carácter y talento
Las colchoneras salieron al campo con una actitud decidida, como quien no pide permiso para conquistar. Con presión alta y un ritmo frenético, se plantaron en el terreno de juego sabiendo que cada jugada debía terminar en el área rival, algo que les había faltado anteriormente. Desde Lisboa, Víctor Martín ya había dado la voz de alarma; las rojiblancas querían seguir la estela del pasado.
A medida que avanzaban los minutos, Alexia volvió a ser titular, convirtiéndose en una pieza clave desde el primer instante. Aunque hasta el minuto 14 sus intentos se traducían solo en córners sin recompensa, fue una declaración de intenciones. Luany y Alexia llevaron la voz cantante durante una primera parte donde controlaron el juego hasta que un momento de relajación casi les cuesta caro; Proost estuvo a punto de darles un buen susto.
Pero llegó el ansiado gol en el minuto 29 gracias a una presión intensa propia del equipo. Rosa Otermín y Fiamma recuperaron un balón comprometido para entregárselo a Amaiur, quien hizo magia al combinar con Fiamma antes de clavarla entre los tres palos: ¡0-1! Ese tanto despertó al Atlético, que comenzó a jugar como si olfateara la sangre del adversario. Apenas unos minutos después, Júlia Bartel anotó un auténtico golazo desde fuera del área tras aprovechar un rebote: ¡un latigazo seco que dejó boquiabierto a más de uno!
Aunque el Twente trató de reaccionar con fuerza tras el descanso e incluso forzó una gran parada de Lola ante un cabezazo peligroso, las rojiblancas no estaban dispuestas a ceder espacios. La entrada de Menayo devolvió orden al equipo y así llegó otro tanto espectacular: Jensen lanzó un disparo espectacular desde fuera del área que golpeó el larguero antes de besarse con la red.
Para cerrar la noche mágica, Amaiur volvió a ser protagonista liderando un contragolpe letal junto a Fiamma; esta última definió con calma frente a la portería vacía para sellar así un contundente 0-4.
No obstante, no todo fue perfecto. La única nota amarga llegó cuando Júlia Bartel sintió molestias nuevamente tras su brillante actuación; será crucial saber si podrá estar presente ante el Bayern. Sin embargo, lo cierto es que esta victoria sabe a impulso renovador para unas colchoneras dispuestas a jugar siempre con mayúsculas.

