En un mundo del fútbol donde cada detalle se analiza al milímetro, resulta sorprendente ver cómo el saque de banda sigue siendo ese gran desconocido. A menudo, estos saques terminan en situaciones ridículas, con jugadores que no saben qué hacer más allá de dar un patadón y esperar lo mejor. No es necesario llevarlo al extremo del baloncesto, donde cada jugada cuenta como si fuera la última oportunidad del partido, pero está claro que hay margen para mejorar.
Un arte por redescubrir
No estoy hablando de ningún equipo en particular; esta es una tendencia generalizada que todos los clubes deberían revisar. Recuerdo a Benito Floro, un entrenador que brilló en el Albacete y tuvo su paso por el Real Madrid. En los 90, dio una charla titulada La importancia de los saques de banda en el fútbol de ataque. Aquello causó más risas que interés entre sus colegas, pero tal vez hoy debería ser obligatorio repasar esos conceptos perdidos. Porque cuando vemos a nuestros jugadores confundidos ante un saque de banda, eso habla muy mal del cuerpo técnico.
Pensémoslo bien: equipos como el Liverpool llegaron a tener un especialista solo para entrenar estas jugadas. Y no es casualidad que en la Premier League se aprovechen tanto los saques largos; muchas veces acaban siendo ocasiones claras de gol. Equipos como Brentford o Crystal Palace han sacado mucho provecho de este enfoque.
En España también ha habido grandes ejecutores como Luis Hernández, pero son contados con los dedos de una mano. Cada vez que se le preguntaba sobre su técnica para realizar esos lanzamientos largos, él respondía: No es cuestión de fuerza, esto se entrena. Así que aquí está la clave: leer a Floro y empezar a trabajar esas jugadas sería algo muy beneficioso para todos nosotros. ¡No lo olvidemos!

