Granada se encontraba en una situación complicada, necesitaba con urgencia un triunfo y lo logró en un partido que parecía escapar de sus manos. El encuentro contra el Zaragoza comenzó con un jarro de agua fría: a los tres minutos, el equipo visitante ya había puesto el 0-1 en el marcador. En ese instante, muchos aficionados temieron que la historia se repitiera, recordando las derrotas pasadas cuando encajaban primero. Pero esta vez fue diferente.
La remontada que todos esperaban
A pesar del golpe inicial, los jugadores del Granada no se dejaron llevar por la desazón. Con determinación y un plan claro bajo la dirección de Pacheta, lograron revertir la situación y acabar ganando 3-1. ¡Una victoria tan ansiada! La última vez que habían conseguido dar vuelta a un marcador adverso fue el 20 de marzo, así que este triunfo significa más que tres puntos; simboliza una nueva mentalidad.
Pese a estar aún en la zona baja de la tabla, el equipo andaluz ha empezado a mostrar destellos de mejora. Su camino no ha sido fácil: han caído en muchas ocasiones tras recibir el primer gol y solo han logrado un empate desde entonces. Sin embargo, hoy es diferente; parece que están comenzando a forjar un carácter fuerte e indomable.
Este cambio puede atribuirse al trabajo arduo que está realizando Pacheta para fortalecer la confianza del grupo. Ahora más que nunca hay motivos para creer: si continúan así, escalar posiciones será solo cuestión de tiempo. Este Granada tiene hambre y va por más.

