La historia de Osasuna en esta temporada es como una película que no parece tener final feliz. En sus siete visitas a equipos de la liga, solo han logrado marcar un mísero gol. ¿Y qué gol fue? Ese penalti transformado por Budimir ante el Villarreal, que resultó ser un consuelo efímero, pues terminaron perdiendo el partido 2-1. Este último encuentro contra el Sevilla, donde cayeron 1-0, dejó claro que las cosas no pintan bien.
Análisis de la situación actual
No es fácil ganar fuera de casa en La Liga, pero hacerlo sin marcar se siente como una misión imposible. Alessio Lisci, el técnico del equipo, ha tenido que lidiar con bajas importantes, entre ellas la de Ante Budimir para este partido crucial. Sin embargo, los problemas de Osasuna no se reducen a una ausencia puntual; son mucho más profundos. A lo largo de esta temporada han dejado un vacío en el marcador frente a equipos como Real Madrid, Espanyol, y Betis. Con solo once puntos acumulados y siete derrotas en doce partidos, resulta alarmante ver que solo han conseguido un punto de veintiuno posibles jugando fuera de casa.
Aunque hay algo positivo: en su estadio, El Sadar, han cosechado tres victorias y un empate en cinco partidos. Pero estos números invitan a reflexionar sobre si estamos viendo una repetición del pasado reciente. Recordemos que antes Lisci llegó al banquillo había críticas al trabajo de su predecesor por su incapacidad para ganar lejos del hogar.
Cabe mencionar que muchos aficionados aún mantienen la esperanza. Las visitas recientes incluyen enfrentamientos contra seis de los diez primeros clasificados, exceptuando al Oviedo con quien empataron hace pocos días.
A medida que pasan los partidos y tras encadenar tres derrotas y un empate en las últimas cuatro jornadas, surge una pregunta inquietante entre los seguidores: ¿estamos ante el principio de una crisis? Solo el tiempo nos dará respuestas claras sobre el futuro del equipo.

