En un giro inesperado de los acontecimientos, el Girona ha alcanzado un acuerdo con el Wolverhampton para el traspaso de Ladislav Krejci, un central checo que llegó al club hace solo un año. ¿El precio? Una cifra cercana a los 30 millones de euros, algo que ni ellos ni él podían dejar pasar.
El equipo gerundense, que ha estado fortalecido gracias al respaldo del Manchester City, se enfrenta a la dura realidad del mercado: vender para poder crecer. Y aunque algunos esperaban la salida de Miguel Gutiérrez, la marcha de Krejci ha sido una verdadera sorpresa. En un equipo donde las inconsistencias defensivas han sido la norma, su rendimiento no fue el esperado y eso ha hecho más fácil esta decisión.
Una historia de negocio redondo y desafíos por delante
Krejci fue fichado el verano pasado por 8 millones de euros procedente del Sparta de Praga y ahora se va por una cantidad que casi triplica esa inversión. Un movimiento inteligente desde el punto de vista económico, pero también una pérdida significativa para Míchel Sánchez y su cuerpo técnico. La dirección deportiva ya está activando opciones para reemplazarlo; uno de los nombres en la lista es Mika Mármol, cuyo fichaje podría cerrarse en torno a los 10 millones.
A medida que se acerca el cierre del mercado, las cosas en Girona prometen estar muy movidas. Con casi 30 millones ingresados por Krejci y otros fondos provenientes de diferentes operaciones, como las ventas recientes, queda claro que hay mucho trabajo por hacer. Mientras tanto, hoy mismo se espera la llegada del lateral izquierdo Álex Moreno, quien pasará revisión médica para firmar hasta junio de 2027. La comunidad gerundense espera con ansias cómo se configurará finalmente este nuevo equipo tras estas importantes bajas.