Fútbol

Davide Ancelotti: La relación padre-hijo en el banquillo y su camino hacia Brasil

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Cuando Davide Ancelotti cruza las puertas de la redacción de MARCA, lo hace con la misma discreción que ha marcado su carrera. A la sombra de su padre, Carlo Ancelotti, se abre en una charla sincera sobre su vida en el Real Madrid, los desafíos que enfrenta como segundo entrenador y sus sueños de un futuro más brillante en solitario.

Vacaciones y nuevos retos

El 30 de junio, Davide se encuentra disfrutando de unas vacaciones largas, algo a lo que no está acostumbrado. «Estoy muy bien, contento y descansando», dice mientras se adapta a esta pausa. Y aunque está disfrutando del tiempo con su familia, también siente la emoción por formar parte del proyecto de la selección brasileña para preparar un Mundial.

A pesar del descanso, no puede evitar seguir la acción del Mundial. «Voy a ver partidos, claro» comenta entre risas, reconociendo que mantener el equilibrio es fundamental. No obstante, está al tanto de las dificultades que enfrentan los jugadores europeos bajo un calor extremo y condiciones poco familiares.

No hay nostalgia por no estar compitiendo; al contrario, refleja felicidad por lo vivido. «Sólo tengo orgullo por lo logrado hasta ahora», afirma con sinceridad. El cierre de su etapa en el Madrid fue memorable: un homenaje emotivo al final del partido contra la Real le dejó grabadas imágenes imborrables junto a su padre.

A medida que avanza la conversación, revela cómo ha sido trabajar codo a codo con Carlo: «Casi nunca estábamos de acuerdo» admite riendo. Esta dinámica ha sido crucial para ambos; Davide aporta frescura y nuevas ideas mientras Carlo necesita ese entorno desafiante para seguir creciendo.

Con ambiciones claras hacia una carrera como entrenador en solitario, sabe que deberá ganarse cada paso en este camino profesional: «El sueño existe» confiesa sobre entrenar al Real Madrid algún día. Pero ahora mismo se siente agradecido por ser parte del equipo brasileño donde tiene la oportunidad de aprender y crecer.

Dentro del campo o fuera de él, Davide destaca el crecimiento impresionante de Vinicius Jr., describiéndolo como un jugador talentoso pero también como una persona increíblemente buena.
En resumen, esta historia entre padre e hijo no solo es un relato familiar; es un viaje emocionante lleno de pasión por el fútbol y deseos fervientes por dejar huella.
A medida que avanza su camino con Brasil, todos estamos expectantes por ver qué más traerá este joven entrenador.

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