El fútbol, ese deporte que nos hace vibrar y sufrir a partes iguales, ha vuelto a demostrar su dureza. En esta ocasión, el Mundial de Clubes se ha llevado por delante a una de sus primeras víctimas: Renato Paiva. El entrenador llegó al Botafogo en febrero con la ilusión de llevar al equipo a lo más alto, pero tras caer ante Palmeiras en los octavos de final, su destino quedó sellado.
Un adiós inesperado
La noticia cayó como un jarro de agua fría para muchos. Con un comunicado breve y directo, el club brasileño anunció su decisión. A pesar de haber conseguido la mejor campaña en la historia reciente del Botafogo el año pasado —con la conquista de la Libertadores y un título del Brasileirao que no se veía desde hacía casi tres décadas—, este nuevo tropiezo fue suficiente para que la directiva tomara cartas en el asunto.
Desde que Artur Jorge dejó el equipo para fichar por Al-Rayyan en Catar, todo parece haber cambiado. Dos entrenadores interinos pasaron por allí antes de dar paso a Paiva, quien tuvo un inicio prometedor con una victoria memorable frente al PSG hace apenas unos días. Sin embargo, eso no fue suficiente para salvarlo del destino que le aguardaba tras esa dolorosa derrota contra uno de los rivales históricos del club.
Y como si esto no fuera poco, la situación podría complicarse aún más. Igor Jesus y Jair Cunha están listos para hacer las maletas rumbo a la Premier League; hay acuerdos ya establecidos que podrían dejar al Botafogo sin dos de sus estrellas por cerca de 30 millones de libras.
La directiva agradeció públicamente a Paiva y su cuerpo técnico por los meses compartidos y destacó especialmente aquella victoria histórica ante el Paris Saint-Germain. Ahora comienza una nueva etapa para el Botafogo: John Textor y su equipo ya están buscando un nuevo entrenador que continúe con las aspiraciones del club hacia nuevos títulos.