El eibarrés Jon Magunazelaia ha vuelto a sus raíces. Con un contrato que lo une al Eibar hasta 2028, el jugador no puede esconder su emoción. «Desde pequeño he venido cada fin de semana a Ipurua y es un honor ser jugador del Eibar», dice con una sonrisa que refleja su orgullo. Este fichaje, el cuarto del club en este mercado, es más que un simple traspaso; se siente como un regreso a casa.
Un camino lleno de esfuerzo y pasión
Magunazelaia, que se formó en la cantera del Eibar antes de dar el salto a la Real Sociedad, vuelve tras haber tenido una cesión en el Córdoba. A pesar de recibir ofertas más lucrativas, su corazón le dictó otro camino. “Todas las partes han hecho un gran trabajo para que yo esté aquí”, asegura Maguna, agradecido por la confianza del club armero.
Es curioso pensar que no había un eibarrés en el equipo desde hace diez años; aquel fue Jon Errasti quien dio paso a nuevas aventuras fuera de Ipurua. Ahora, con ganas renovadas y el deseo de hacer historia, Maguna está listo para aportar su granito de arena al equipo. “Espero que podamos llevar al Eibar al sitio que merece”, concluye con esperanza.