Hoy, Fran Garagarza sopla las velas de su segundo aniversario como director deportivo del Espanyol, y no podemos negar que ha sido un viaje lleno de emociones. Desde que llegó a Barcelona, el de Motrico ha dejado huella en un club que atravesaba uno de sus momentos más oscuros. A sus 56 años y con una trayectoria que incluye paradas en el Eibar y el Wolverhampton, Garagarza se enfrenta ahora al reto más grande de su carrera.
Superando obstáculos
Cuando aterrizó en el RCDE Stadium, la situación era crítica: el equipo estaba sumido en una crisis deportiva y económica tras sufrir varios descensos. Pero él tenía claro su objetivo: devolver al Espanyol a Primera División. Y lo logró. Con altibajos y cambios en el banquillo, la llegada de Manolo González fue clave para enderezar el rumbo del equipo. Esa apuesta valiente demostró ser un acierto.
La segunda temporada no ha sido menos complicada. Gestionar una plantilla competitiva sin un presupuesto desorbitado no es tarea fácil. Sin embargo, Garagarza ha sabido mover piezas en el mercado invernal y ha incorporado jugadores como Roberto Fernández o Urko, quienes han dado un nuevo aire al equipo.
A pesar de tener menos inversión que otros directores deportivos en la historia reciente del club, Garagarza ha demostrado habilidad para generar ingresos significativos—63 millones de euros—y ha promovido a once canteranos al primer equipo desde su llegada. Es impresionante cómo sigue confiando en la cantera mientras otros prefieren buscar soluciones rápidas.
No podemos pasar por alto su papel como portavoz del club durante los tiempos difíciles; su capacidad para mantener la calma y mostrar confianza fue crucial cuando las cosas se pusieron complicadas después de una dura derrota ante el Girona.
A medida que avanza esta ventana de traspasos, ya se han firmado seis nuevos jugadores para reforzar al equipo, pero lo mejor podría estar aún por llegar: todos estamos pendientes de la renovación del querido Puado y la continuidad de Roberto Fernández. La afición blanquiazul espera ansiosa ver estos movimientos confirmados.
Garagarza ha dotado al Espanyol de estabilidad, marcando una hoja de ruta clara desde las bases hasta el primer equipo. Su trabajo está dando frutos y los objetivos propuestos han sido alcanzados con éxito en estas dos temporadas tan intensas. El próximo gran desafío será consolidar nuevamente al club en Primera División y buscar esa tranquilidad tan anhelada por todos los seguidores pericos.