Erik Bretos se enfrenta a un auténtico rompecabezas en su nuevo rol como director de fútbol de la Real Sociedad. Desde que asumió el cargo tras la salida de Roberto Olabe, las expectativas eran altas, pero la realidad es que se ha encontrado con una situación más complicada de lo que pensaba. No solo tiene que armar una plantilla competitiva para el primer equipo, sino también gestionar el filial en Segunda. Una tarea monumental.
El reto de elegir y fichar
Bretos se encuentra ante un plantel ya formado por 26 futbolistas con contrato. La mayoría son rostros conocidos que han estado en el club durante varias temporadas: Remiro, Odriozola y Oyarzabal son solo algunos nombres que tienen un peso importante. Sin embargo, hay rumores sobre posibles salidas, como el del joven Zubimendi, lo que podría complicar aún más su labor.
Aunque tiene 25 jugadores bajo su mando, los retos no terminan ahí. Necesita realizar al menos tres fichajes para darle otro aire al equipo y definir el futuro de algunas promesas del club. Uno de los nombres destacados es Igor Julio, central brasileño del Brighton; además, Jon Gorrotxategi regresa tras brillar en el Mirandés.
Pero no solo eso: también tendrá que decidir qué hacer con canteranos como Jon Martín y Pablo Marín. Con tanto talento emergente pidiendo paso y una ascensión reciente a Segunda para el filial, las decisiones se vuelven críticas. ¿Dónde colocar a cada jugador? Esa es la pregunta del millón.
En resumen, mientras celebramos el ascenso del Sanse a Segunda división como una victoria colectiva, también nos damos cuenta de cómo esta situación puede alterar drásticamente los planes para muchos jóvenes talentos en la Real Sociedad. Es un momento decisivo donde las decisiones tomadas hoy marcarán el futuro del club.