En el Mundial de Clubes, Brasil ha dado un golpe sobre la mesa al tumbar a los campeones de Europa. El Botafogo se impuso al PSG, mientras que el Flamengo venció al Chelsea. Es evidente que los brasileños han venido para quedarse y están demostrando que no hay que menospreciar su calidad en el campo. Con dos victorias y dos empates, Brasil sigue invicto ante los equipos europeos.
Un mensaje claro desde Brasil
Las palabras de Jhon Arias, jugador del Fluminense y MVP en su partido contra el Borussia Dortmund, resuenan con fuerza: «Es un error menospreciar al fútbol sudamericano». Y vaya si tiene razón, porque los cuatro representantes brasileños en este torneo han sabido defender su honor con garra y determinación.
A pesar de las expectativas, ni Palmeiras, ni Fluminense, ni Botafogo ni Flamengo han caído ante sus rivales europeos. Más bien todo lo contrario: han logrado superar a los grandes como PSG y Chelsea en duelos directos. El PSG, campeón reciente de la Champions League, fue derrotado por el Botafogo gracias a un gol decisivo de Igor Jesus.
Luis Enrique, entrenador del PSG, no tuvo más remedio que rendirse ante la calidad del juego brasileño: «Creo que Botafogo es el equipo que mejor nos ha defendido en toda la temporada». La verdad es que estos chicos saben jugar como si cada partido fuera una final.
Enfrentarse a equipos brasileños nunca es fácil; su competitividad brilla en cada jugada. Como bien decía Filipe Luis, técnico del Flamengo: «Podemos ver claramente a los sudamericanos jugar como si fuera una final en cada partido». Este espíritu combativo les está llevando lejos.
A medida que avanza el Mundial de Clubes, tres equipos brasileños lideran sus grupos con fuerza. El Botafogo ya tiene seis puntos y está complicando las cosas al Atlético, otro europeo; mientras tanto, Flamengo marca goles como quien respira y Palmeiras se mantiene firme también con buenos resultados. En resumen: Brasil ha empezado este torneo dejando huella.