Xabi Alonso ha comenzado una nueva etapa como técnico del Real Madrid, un camino lleno de retos, especialmente ante un Barcelona que, a día de hoy, parece estar un paso por delante. Sin embargo, Alonso llega con la firme intención de cambiar las cosas y, de paso, acabar con la maldición que persigue a los entrenadores españoles en el club blanco. Desde que Vicente del Bosque se marchara en 2003 dejando dos Copas de Europa bajo el brazo, ningún compatriota ha logrado dejar huella. Seis han pasado rápidamente por el banquillo, pero ninguno ha conseguido asentarse.
La historia reciente y sus protagonistas
La lista es larga: Camacho, Benítez, Lopetegui… Todos ellos llegaron con grandes expectativas y terminaron marchándose sin pena ni gloria. ¿Por qué? La presión en Concha Espina es inhumana. En este último siglo, los técnicos españoles apenas han durado en sus cargos; algunos no alcanzaron ni seis meses. Lo curioso es que los números hablan claro: más títulos para los entrenadores extranjeros (62) frente a solo 53 para los nacionales.
Xabi sabe que tiene que hacer algo distinto. Ha estado dentro como jugador y ha aprendido de grandes como Ancelotti o Guardiola lo que funciona y lo que no en este entorno tan exigente. Mientras tanto, el Real Madrid sigue siendo un lugar donde la mediocridad no tiene cabida; aquí el segundo puesto es un fracaso absoluto. Por eso mismo, cuando Julen Lopetegui fue despedido tras solo 137 días después de heredar una plantilla llena de estrellas pero con resultados decepcionantes, no sorprendió a nadie.
El tiempo apremia para Alonso. La presión del público y la exigencia interna son altísimas; él tiene claro que debe dar la vuelta a esta situación con su propio estilo y tácticas frescas si quiere escribir su propia historia en este club legendario.