La ciudad del amor y el arte, París, se está preparando para un evento que promete ser tanto emocionante como delicado. Con la final de la Liga de Campeones entre el París Saint Germain y el Inter de Milán, las autoridades no están dejando nada al azar. Un despliegue masivo de 5.400 policías se ha puesto en marcha, y la razón es clara: nadie quiere repetir los altercados que mancharon la final de 2020.
Cortes y controles para asegurar una fiesta segura
El Prefecto de Policía, Laurent Núñez, ha dejado claro que este dispositivo es necesario para garantizar la seguridad. Desde el sábado al mediodía, se cortará el tráfico en los emblemáticos Campos Elíseos y alrededores. Además, solo los vecinos podrán pasear por esas calles a partir de las seis de la tarde; los comercios tendrán que cerrar sus puertas una hora después.
Núñez justifica estas medidas recordando lo sucedido hace tres años: once tiendas destrozadas y varios incendios tras una derrota del PSG. Así que esta vez han decidido poner toda la carne en el asador para evitar cualquier tipo de incidentes.
Aquellos aficionados que quieran vivir el partido desde cerca tendrán que someterse a rigurosos controles policiales para asegurarse de que no entra ni una gota de alcohol ni objetos peligrosos en ese perímetro restringido.
Parece que si el PSG gana, las celebraciones tomarán nuevamente los Campos Elíseos con restricciones adicionales durante todo el domingo. Será un espectáculo monumental donde hasta 110.000 personas podrán disfrutar del regreso triunfal del equipo, mientras aguardan ansiosos frente a pantallas gigantes.