En un giro sorprendente y, a la vez, lamentable para los aficionados del Olympique de Lyon, la FIFA ha decidido imponer una sanción que les impide realizar fichajes durante tres ventanas de transferencias. ¿Y todo por qué? Por una deuda ridícula de tan solo 2.000 euros. Esto es lo que pasa cuando las reglas son más importantes que el sentido común.
Una situación absurda para un club histórico
La noticia llegó como un jarro de agua fría. Según informa L’Equipe, la sanción se debe a que ‘les lions’ no pagaron a tiempo una pequeña cantidad, incumpliendo el plazo establecido de 45 días y recibiendo una orden de pago el pasado 9 de abril. Ahora, hasta el mercado invernal de 2027, no podrán inscribir nuevos jugadores nacionales o internacionales. Una verdadera locura.
El golpe es fuerte para un club que intenta volver a ser competitivo bajo la dirección del estadounidense John Textor. La FIFA fue clara en su comunicado: mientras dure la sanción, no hay espacio para nuevos fichajes, ni profesionales ni aficionados. Eso significa que cualquier intento por reforzar al equipo está tirado a la basura hasta nuevo aviso.
A pesar de esta dura realidad, desde el Lyon argumentan haber regularizado la situación justo después del anuncio oficial de la FIFA y prometen implementar procedimientos internos para evitar futuros contratiempos. Pero uno se pregunta: ¿es justo castigar así a un club histórico por una deuda tan mínima?
No podemos olvidar que este año otros clubes como Mallorca y Rayo Vallecano también han estado en problemas similares con la FIFA y lograron salir adelante rápidamente. Entonces, ¿por qué este enfoque tan severo hacia el Lyon?
Sin duda, esta historia nos deja mucho que reflexionar sobre cómo las decisiones administrativas pueden afectar drásticamente a equipos llenos de historia y pasión.