En Oviedo, la emoción está a flor de piel. El Real Oviedo se aferra a la esperanza, como quien se agarra a una tabla en medio de una tormenta. Necesitan que el Deportivo derrote al Elche para tener una oportunidad de asaltar el codiciado segundo puesto y, con ello, soñar con regresar a Primera. La situación es tensa: Alemao y Yeremay luchan por cada balón en un duelo que podría cambiarlo todo.
Unas cuentas complicadas
A medida que se acercan las últimas jornadas de la Segunda División, la presión aumenta. Hay tres equipos peleando por una plaza de ascenso y los nervios están a flor de piel. La afición carbayona mira con atención hacia Coruña, esperando que sus hermanos del Deportivo puedan hacerles un favor. Si los gallegos logran vencer al Elche y el Oviedo hace lo propio ante el Cádiz, el Carlos Tartiere podría volver a ser escenario de fútbol en la élite.
No podemos olvidar los días dorados del Deportivo en Primera, donde muchos asturianos dejaron huella. Armando Álvarez, salido del Oviedo, fue lateral clave en Riazor durante aquellos años mágicos del Super Dépor. Javier Irureta también inició su carrera como entrenador en el viejo Tartiere antes de brillar en Galicia.
Sin embargo, ahora la realidad es diferente. Los oviedistas se ven obligados a confiar en un resultado casi imposible; el Deportivo parece haber bajado la guardia desde hace tiempo y no contará con varias piezas esenciales este domingo. Para colmo, su estrella Yeremay está más centrado en sus compromisos internacionales sub-21 que en este partido crucial.
A pesar de todo esto, hay quienes recuerdan momentos históricos donde lo improbable sucedió: aquel Zaragoza que perdió su playoff ante un Llagostera ya descendido o el Alcorcón que sorprendió al Eibar cuando menos lo esperaban. Estos precedentes alimentan las esperanzas oviedistas mientras sueñan con romper esa racha negativa acumulada durante 25 años.
Así que este fin de semana viviremos 90 minutos llenos de tensión e ilusión. Los seguidores oviedistas están listos para animar hasta el último aliento ante un Cádiz sin objetivos claros y ver si finalmente la suerte les sonríe otra vez.