Hoy es un día agridulce para los corazones madridistas. Luka Modri, ese futbolista extraordinario y persona entrañable, se despide del campo del Bernabéu. No es un adiós cualquiera; este croata ha dejado una impronta imborrable en la historia del club, con 28 títulos que lo consagran como el más laureado. Pero más allá de esos trofeos, lo que realmente brilla es el cariño sincero de unos aficionados que lo han visto regalar tardes memorables.
Un homenaje merecido
Hoy, mientras Modri se prepara para su último partido en casa, me viene a la mente algo que le dije cuando le entregamos el MARCA Leyenda: Cibeles debería escribirse con tilde en la C. Y es que hoy no solo celebramos su carrera, sino también la conexión emocional entre él y la afición. Estamos ante un jugador que ha sabido ser grande sin perder su esencia sencilla.
En medio de esta despedida, el Real Madrid ya mira hacia adelante. La era de Xabi Alonso comienza casi sin tiempo para respirar antes del Mundial. Un torneo crucial en los planes de Florentino Pérez. A mí me encantaría ver cómo se concreta el interés por Nico Williams; sería una incorporación valiosa tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Aparte de esto, me parece injusto cómo nuestra querida Olga Carmona, quien hizo historia con su gol en Sídney, no recibe el reconocimiento que merece en España. Quizás sea porque no ha tenido las herramientas necesarias para hacer brillar su imagen.
Cambiando de tema pero manteniendo la preocupación por nuestro deporte, nos encontramos ante una realidad vergonzosa: Euskadi está al borde de convertirse en selección independiente en la I Liga de Naciones de Cesta Punta. Si esto sucede, será un legado difícil para la ministra Pilar Alegría.
A veces miro al fútbol y pienso: ¿dónde estamos? Las aberrantes Olimpiadas del dopaje son ya una pesadilla concreta; habrá que ver si los medallistas logran sortear estos escándalos.
Aunque también hay buenas noticias: Enrique Cerezo recibió un merecidísimo reconocimiento con la medalla de oro de la Academia del Cine; un premio justo para alguien a quien siempre le debemos mucho en el cine español.
Esta tarde promete ser intensa y emocionante para todos nosotros; habrá fiesta blanquiazul y tal vez drama blanquiazul, así es el fútbol.
Y hablando de emociones, Leo Messi ha elegido su gol favorito: ese cabezazo memorable en la final contra el United. Un momento excepcional convertido ahora en arte solidario gracias a un artista que subastará esa obra con fines benéficos. La magia del fútbol nunca deja de sorprendernos.