En el mundo del fútbol, las historias suelen dar giros inesperados. Julián Calero, un técnico con raíces en Parla, está a punto de vivir uno de esos momentos épicos. En 2017, fue testigo del eufórico ascenso del Levante desde la sombra, formando parte del cuerpo técnico de Fernando Hierro. Hoy, tiene la oportunidad de convertirse en el principal actor de esta historia.
Un camino hacia la gloria
El Levante se encuentra a un paso de un nuevo ascenso y Calero está liderando esa misión. Con solo dos partidos por delante y tras una temporada llena de retos y esfuerzo, su equipo necesita sumar una victoria para sellar su destino. No importa si es contra el Burgos o el Eibar; lo crucial es que este entrenador madrileño ha sabido mantener la calma y enfocar a sus jugadores en los momentos más críticos.
“Sé que es histórico conseguir un ascenso, pero aún queda trabajo por hacer”, dice Calero con determinación. Su filosofía se basa en la paciencia y la confianza, recordando que el éxito no se celebra hasta que se logra al final del camino.
Este sería el cuarto ascenso para los granotas en poco más de 20 años. Ya lo hicieron en 2004, 2008 y 2017; ahora están ante una nueva oportunidad para escribir su nombre en la historia del club. Y qué mejor manera de hacerlo que con Calero al mando.
Aquel memorable partido contra el Oviedo hace ocho años dejó huella no solo en él, sino también entre los aficionados levantinistas que sueñan con revivir esa fiesta. Ahora puede ser diferente: no desde el banquillo rival, sino celebrando junto a sus jugadores.
Curiosamente, la primera cita para alcanzar este ansiado ascenso será en El Plantío, donde Calero pasó cuatro años construyendo su carrera como entrenador profesional. Un lugar lleno de recuerdos donde pudo dejar su huella y donde ahora espera llevarse otra alegría junto a los fans levantinistas.
Con cerca de mil seguidores dispuestos a apoyarles desde las gradas, todos esperan con ansias ese momento tan esperado: ver al Levante volver a brillar en Primera División.