En una resolución que ha despertado opiniones encontradas, la Audiencia Nacional ha decidido que el Estado indemnizará a Sandro Rosell, expresidente del F.C. Barcelona, con 232.500 euros. Esto es el resultado de los 645 días que pasó entre rejas desde mayo de 2017 hasta febrero de 2019, bajo la sombra de un presunto blanqueo de comisiones ilegales, vinculado a su tiempo al frente del fútbol español.
Un capítulo doloroso y costoso
Rosell fue encarcelado por orden de la juez Carmen Lamela, actual magistrada del Tribunal Supremo, enfrentándose a acusaciones graves como organización criminal y blanqueo de capitales. Sin embargo, el tiempo le dio la razón y finalmente fue absuelto de todos los cargos. En su lucha por recuperar lo perdido durante ese tiempo oscuro, había solicitado al Estado una indemnización millonaria que alcanzaba casi los 30 millones de euros; sin embargo, la Audiencia solo le ha concedido una parte.
La sentencia desglosa la indemnización: 50.000 euros por daño moral, 120.000 por lucro cesante debido a la rescisión de un contrato con Ernst & Young y otros 62.500 para cubrir los gastos en que incurrieron sus familiares para visitarlo en prisión. Es decir, aunque se reconoce el sufrimiento y las pérdidas económicas que padeció Rosell, queda claro que no todo lo reclamado fue aceptado.
A pesar de la victoria parcial, algunos han cuestionado si esta compensación realmente refleja el daño causado en su reputación y vida personal. La sala argumenta que muchos de los perjuicios mencionados son hipotéticos y no cuantificables. Así es como se valora en este contexto legal; lo tangible pesa más que lo emocional.
Al final del día, esta historia nos recuerda cómo las decisiones judiciales pueden alterar vidas y dejar cicatrices profundas en quienes atraviesan procesos tan complejos como dolorosos.