Acabamos de vivir una semana de locura en el mundo del fútbol, y el Real Madrid no ha sido la excepción. Tras caer estrepitosamente en el Clásico, donde la esperanza se desvaneció como si nunca hubiera existido, ahora los merengues vuelven a la carga contra el Mallorca. Pero lo que debería ser un partido para recuperar fuerzas se convierte en una auténtica prueba de fuego.
Una situación caótica
Con 10 bajas —nueve por lesiones y Tchouaméni sancionado— y sólo 12 jugadores disponibles de la primera plantilla, Ancelotti tiene que ingeniárselas. La noticia es que Rodrygo sigue fuera tras retirarse del entrenamiento. Y si este encuentro termina mal, podríamos ver cómo el Barcelona se lleva matemáticamente la Liga sin ni siquiera haber jugado.
Lo cierto es que esta caída del Madrid ha sido rápida y sorprendente. No hace tanto tiempo estaban luchando por todos los títulos: final de Copa, cuartos de Champions… Pero todo se ha torcido tras una serie de derrotas dolorosas. De repente, ese equipo fuerte parece haber desaparecido entre lesiones y frustraciones. Ahora, cada partido es un nuevo desafío y el ambiente en el Santiago Bernabéu está tenso.
Ancelotti tendrá que armar un once improvisado con lo poco que le queda. Sin Carvajal ni Lucas para la defensa y con varios centrales fuera de juego, las dudas son muchas. ¿Quién podrá salir adelante? Con Vinicius y Rodrygo también descartados, las opciones son escasas.
Parece ser que el Mallorca llega con ganas pero también con cambios estratégicos en mente. Su entrenador quiere darle descanso a algunos titulares pensando en su próximo enfrentamiento crucial ante el Getafe. Así que aunque vengan a buscar puntos al Bernabéu, podrían estar cuidando a sus mejores hombres para no perderse esa oportunidad europea.
En resumen, estamos ante un momento decisivo para ambos equipos: uno luchando por mantenerse vivo en la competición y otro buscando aferrarse a sus sueños europeos mientras navega entre cambios e incertidumbres. El espectáculo está servido; veremos qué nos depara este choque lleno de tensión e imprevisibilidad.