El pasado viernes, 9 de mayo, el Estadio Metropolitano se convirtió en un verdadero templo de la fidelidad. Allí, el Atlético de Madrid rindió homenaje a aquellos socios que han caminado junto al club durante 25 años. Fue un momento cargado de emoción y recuerdos, donde los rostros de los homenajeados brillaban con orgullo tras un cuarto de siglo apoyando a su equipo.
En esta ceremonia, el presidente Enrique Cerezo abrió las puertas del evento dando la bienvenida no solo a los socios galardonados sino también a sus familias y amigos. Entre los asistentes destacó la presencia de Julián Alvarez, quien nació justo en esa inolvidable temporada 1999/2000 y fue uno más en una celebración que reunió a leyendas como Milinko Pantic, Roberto Frenedoso, Miguel Ángel Moyá, Leo Franco y Tomás Reñones. Todos ellos compartieron anécdotas y agradecimientos por esa lealtad que pocos logran mantener.
Un tributo inolvidable
La ceremonia fue más que un simple acto; fue una auténtica fiesta del sentimiento colchonero. Concluyó con un cóctel y una visita guiada por el estadio que dejó huella en todos los presentes. Y es que entre ambas jornadas se superaron los mil galardonados con la insignia de plata del club, lo que refleja la verdadera esencia del Atlético: una comunidad unida por unos colores. Así, en cada rincón del Metropolitano resonaba el eco de esas historias compartidas entre hinchas y jugadores.