En un rincón del campo, bajo los focos y el murmullo de la afición, Álex Remiro sigue luchando. A pesar de ser el segundo en LaLiga en porterías a cero y estar en el cuarto puesto del ranking Zamora, su realidad es otra: la Real Sociedad se encuentra undécima, lejos de ese sueño europeo al que tanto aspiran. El pasado domingo, mientras bloqueaba balones como un auténtico muro durante el derbi contra el Celta, sabemos que no se fue contento a casa. ¿Cómo podría estarlo? La victoria es lo que realmente cuenta.
Una temporada llena de altibajos
Parece irónico: Remiro ha mantenido su portería a cero en 13 de las 33 jornadas, solo superado por Jan Oblak. Sin embargo, esos números brillantes se ven empañados por una clasificación que desilusiona. Después de una primera vuelta espectacular donde acumuló 11 porterías a cero, todo ha cambiado drásticamente. El equipo ha encajado goles en 12 de los últimos 14 partidos; sí, han sido siete derrotas y apenas cuatro victorias las que han llevado a la Real a caer del séptimo al undécimo puesto.
Aunque sus estadísticas son para presumir —tercer mejor Zamora— eso no parece consolarle cuando mira hacia atrás y ve cómo su equipo ha perdido terreno. Ese anhelo de volver a Europa es palpable; no hay nada más valioso para un jugador que ver sus esfuerzos reflejados en resultados tangibles.
Ahora más que nunca, cada partido cuenta. Este sábado tienen una cita crucial en el Metropolitano, y ganar por 0-1 sería como tocar el cielo para Remiro. Porque al final del día, lo que todos queremos son triunfos y esa ansiada clasificación europea que haga justicia a sus grandes actuaciones bajo los palos.