La tarde en el Santiago Bernabéu comenzó con buenas sensaciones. Con un 3-0 a favor gracias a Mbappé, todo parecía indicar que el partido sería un paseo para el Madrid. Pero, amigos, ¡qué sorpresa! De repente, la calma se convirtió en tempestad. Ancelotti decidió retirar a Asencio y dejar a Tchouaméni en una situación delicada, lo que provocó un auténtico apagón defensivo que puso al equipo contra las cuerdas.
Atrapados en la trampa del Celta
El problema comenzó cuando Iago Aspas entró al campo como una exhalación. Fue entonces cuando Courtois tuvo que sacar su mejor versión para evitar que lo que parecía un festín se convirtiera en una pesadilla. El belga demostró por qué es uno de los mejores; paró dos balones cruciales que mantuvieron al Madrid con vida. La afición suspiraba aliviada cada vez que su número uno intervenía.
Güler brilló como siempre, marcando un golazo y asistiendo a Mbappé, pero incluso su actuación no pudo eclipsar el desastre defensivo. ¿Qué estaba pensando Ancelotti? Cambiar a Asencio por Jacobo Ramón fue una decisión cuestionable y la defensa pagó el precio.
Pese a esos momentos de sufrimiento, es innegable que hay talento en este equipo y el futuro parece prometedor si saben encajar las piezas adecuadamente. Pero hoy, más que nunca, queda claro: cada partido puede ser un reto inesperado.