En el mundo del fútbol, a veces se dice que tener un buen delantero y un gran portero es medio camino hacia el éxito. Y eso es justo lo que está viviendo el Alavés, donde su guardameta, Sivera, se ha convertido en la estrella brillante que todos admiran. Este último partido contra el Atlético fue una muestra clara de su talento; con cada intervención, hizo que los corazones de los aficionados latieran más rápido.
Sivera: El salvador del Alavés
Imaginen la escena: Lenglet intenta marcar, pero ahí está Sivera, haciendo una mano espectacular que podría haber cambiado todo. Dominó su área como si fuera su propio castillo, despejando balones por doquier y mostrando una valentía admirable en cada salida. ¿Acaso no es esto lo que queremos ver en nuestro equipo? Un portero que se deja la piel para mantener la portería a cero.
Y si miramos más allá de este partido, la estadística habla por sí misma: solo ha encajado un gol en sus últimos cuatro encuentros. Esos números podrían ser cruciales para la salvación del Alavés, ya que han logrado igualar al Girona con 35 puntos gracias a sus intervenciones decisivas. Con Sivera bajo los palos y Kike García marcando goles como un reloj suizo, las esperanzas están renaciendo entre los aficionados.
A medida que avanza la temporada y con cinco puntos de ventaja sobre el Leganés, no podemos evitar preguntarnos: ¿veremos a Sivera en un club grande pronto? Su calidad no pasa desapercibida y con dos años más de contrato aún por delante, sería lógico pensar que grandes equipos europeos están echándole un ojo.