En una noche que quedará grabada en la memoria de todos los culés, el Barcelona se alzó con la Copa del Rey tras un emocionante enfrentamiento contra su eterno rival, el Real Madrid. Koundé, con un gol decisivo en el 116′ de la prórroga, selló la victoria y desató la locura entre los seguidores. Este triunfo no solo es un trofeo más, sino que representa un primer paso hacia ese soñado triplete.
Una remontada épica que reaviva la ilusión
A pesar de las dificultades y de haber comenzado perdiendo, el equipo dirigido por Flick demostró una garra impresionante para dar la vuelta al marcador. Con una trayectoria casi perfecta en este 2025, donde solo habían caído ante el Borussia de Dortmund, los azulgranas llegaron a este partido dispuestos a dejarlo todo en el campo.
El camino no fue fácil; hubo momentos en los que parecía que la balanza se inclinaba hacia los blancos. Sin embargo, con una mezcla de juventud y experiencia, los culés supieron mantener la calma y luchar hasta el último minuto. Ferran Torres, quien también brilló con su gol durante el partido, destacó: «Le hemos puesto mucha garra y mucho corazón para remontar». Y así lo hicieron.
Con este título en sus manos, ahora todos miran al futuro inmediato. La próxima prueba será nada menos que las semifinales de Champions contra un Inter muy competitivo. El miércoles esperan en Montjuïc y no hay tiempo para distracciones; cada partido cuenta.
Aún queda camino por recorrer en LaLiga, donde llevan cuatro puntos de ventaja sobre los merengues antes del próximo cara a cara programado para el 11 de mayo. Un encuentro crucial que podría definir mucho más que solo tres puntos.
Así es como avanza este Barça renovado y lleno de energía; ya tienen una Copa en su bolsillo y ahora van a por más. Esta temporada está lejos de terminar y la afición sabe que aún hay muchas emociones por vivir.