En un emocionante encuentro en Montjuïc, el Barça se enfrentó al Celta con la necesidad de demostrar que su reciente derrota en la Champions League había sido solo un tropiezo. Pero el camino no fue fácil; los culés llegaron a ir perdiendo 1-3 ante un Celta inspirado, liderado por un Borja Iglesias imparable. Sin embargo, cuando todo parecía perdido, apareció Raphinha, ese brasileño que siempre tiene una chispa encendida y contagia energía a sus compañeros.
Una remontada épica
La situación era crítica. Los blaugranas habían disfrutado de un año exitoso hasta ese martes fatídico contra el Borussia. Ahora, con la afición nerviosa en las gradas, Raphinha tomó las riendas del equipo. No sólo asistió a Dani Olmo para acortar distancias en el minuto 64, sino que él mismo igualó el partido poco después. Y como si eso fuera poco, ya en el tiempo añadido transformó un penalti que selló su espectacular actuación: doblete y asistencia.
El impacto de Raphinha fue tal que Hansi Flick no pudo evitar elogiarlo: «Siempre tiene ese pensamiento positivo que contagia a todos». Esos momentos donde se levanta a sus compañeros son lo que hacen falta en este tipo de partidos tensos. Pero no todo quedó ahí; su carácter combativo le llevó a verse envuelto en una pequeña trifulca con Iago Aspas, mostrando una vehemencia digna de los mejores momentos del fútbol.
Con esta victoria, el Barça amplía su ventaja sobre el Real Madrid y sigue soñando con la Liga. Raphinha está demostrando ser una pieza clave para este equipo, acumulando ya 15 goles y 11 asistencias en LaLiga. Sin duda alguna, este chico está dejando huella y prometiendo grandes emociones para lo que queda de temporada.