Este Jueves Santo, el Real Betis tiene una cita con la historia. A las 18:45 horas, los verdiblancos saltarán al césped del Estadio Municipal de Biaystok con un objetivo claro: validar ese valioso 2-0 conseguido en la ida y asegurar su lugar en las semifinales de la Conference League. Un resultado que, visto lo visto, sabe a poco si tenemos en cuenta las múltiples ocasiones que tuvo el equipo para sentenciar la eliminatoria.
Un reto lleno de emoción
Nunca antes habían estado tan cerca de avanzar a esta fase en un torneo europeo; la última vez que rozaron algo similar fue en las viejas ediciones de la Recopa. Este es un momento único, y el Betis lo tiene al alcance de su mano.
Mientras tanto, en Sevilla, las cofradías recorren sus estaciones de penitencia, pero el corazón del beticismo late fuerte por un sueño: volver a Polonia para jugar en el Stadion Wroclaw el próximo 28 de mayo. Como decía Manuel Pellegrini, sería “muy bonito” encontrarse con el Chelsea en la final, pero antes hay que dar este primer paso. Y no hay que subestimar al Jagiellonia Bialystok; son los grandes olvidados de esta competición y no podemos confiar demasiado.
Con una moral renovada tras ganar al Legia Varsovia, el equipo polaco llega decidido a demostrar su valía. En palabras de su técnico, quieren que “todo el mundo sepa dónde está Bialystok”. Por otro lado, nosotros hemos tenido algunos tropiezos recientemente y es crucial retomar nuestro mejor nivel. Con bajas como las de Diego Llorente y Marc Roca, todos los ojos están puestos en cómo se planteará este partido.
Centrémonos ahora en uno de los protagonistas del encuentro: Cédric Bakambu. Con seis goles en este torneo, se ha convertido en nuestro goleador estrella y aspira al Pichichi. Sin embargo, deberá superar a su amigo Afimico Pululu del Jagiellonia, quien lleva ocho tantos.
A medida que nos acercamos al pitido inicial, sentimos esa mezcla de nerviosismo y emoción. El Betis está a solo un paso de hacer historia; toca rematar la faena.