En el corazón de Las Palmas, un mensaje resonó con fuerza. «Mi entrenador es Martínez, me salve o no me salve». Así se expresó Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas, en una reciente comparecencia ante los medios tras reunirse con Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias. Esta reunión se celebró para conmemorar el 75 aniversario del club amarillo y, aunque la ocasión era festiva, las palabras de Ramírez dejaron claro que la lucha por mantener al equipo en Primera División está más viva que nunca.
La Medalla de Oro y las decisiones cruciales
El encuentro fue también el escenario donde se le entregó a Ramírez la medalla conmemorativa del club. Sin embargo, lo realmente interesante vino después. Al preguntarle sobre el futuro del entrenador Diego Martínez y el jugador Juanma Herzog, Ramírez mostró su determinación: “Como me voy a salvar y él lo tiene en el contrato, el año que viene va a ser Martínez porque Las Palmas va a estar en Primera División”. ¿Qué más necesitamos escuchar para saber que la confianza está depositada?
Pero no todo fue tan sencillo. Herzog protagonizó un episodio que dejó a muchos rascándose la cabeza: decidió no subirse al avión con sus compañeros por cuestiones contractuales. El jugador llegó más tarde en otro vuelo y Ramírez solo pudo comentar que hubo un malentendido que ya estaba aclarado. “Cuando hay un malentendido, tomamos decisiones; cuando se aclara todo vuelve a la normalidad”, añadió sin entrar mucho en detalles.
Aunque algunos rumores apuntan a una ampliación de contrato para Herzog hasta 2028, el presidente fue claro: “Tiene dos años más de contrato; si le quieres poner uno más está bien, pero tiene dos años asegurados”. Al final del día, entre medallas y contratos hay una historia clara: las decisiones se toman rápido y siempre pensando en lo mejor para este querido club.