La historia de Vinicius Júnior es un relato que no deja a nadie indiferente. El brasileño, que había prometido deslumbrar con su versión ‘x10’, se encontró de repente con la dura realidad: el Balón de Oro se fue a manos de Rodri, dejando sus sueños desvanecidos como humo. A tan solo 20 minutos de escuchar esa noticia, lanzó un desafío al mundo del fútbol, como si dijera: «Nadie está preparado para lo que vendrá». Pero esa promesa ha sido más difícil de cumplir de lo que él imaginaba.
Un camino lleno de altibajos
Cuando Vinicius llegó al Real Madrid, muchos pensaban que sería fácil convertirlo en blanco de críticas. Sus fallos iniciales fueron motivo de risas y burlas, pero él decidió convertir esas piedras en escalones hacia la grandeza. Con una mente enfocada y una voluntad férrea, demostró que no siempre gana el más fuerte, sino aquel que persiste.
A pesar de su brillante palmarés, con 14 títulos incluyendo 3 ligas y 2 Champions, las cosas han cambiado drásticamente este año. La mejor temporada hasta ahora terminó siendo la pasada, donde brilló con 26 goles y 13 asistencias. Sin embargo, en este nuevo capítulo parece haber perdido esa chispa mágica que lo hacía casi imposible de defender. Su rendimiento desde aquella fatídica noche del 28 de octubre ha sido decepcionante; ya no impone miedo ni provoca el mismo respeto entre los rivales.
Parece increíble pensar que en un partido tan crucial como el disputado contra el Arsenal, Vinicius apenas tocó la pelota 38 veces y sufrió pérdidas alarmantes. Su actuación quedó marcada por la falta total de efectividad: cero tiros a puerta y sin regate alguno exitoso. Con solo seis goles y cuatro asistencias en esta temporada hasta ahora, sus números son testigos mudos de una caída dolorosa.
Aquella promesa lanzada al aire se ha convertido en un lastre pesado; antes del Balón de Oro tenía un promedio impresionante pero hoy ese ratio ha caído estrepitosamente. Si bien todos sabemos lo dura que puede ser la realidad del fútbol –una constante lucha entre éxito y fracaso– Vinicius debe aprender a levantarse una vez más frente a este duro golpe.