En la calidez del estadio Benito Villamarín, Manuel Pellegrini, el técnico chileno del Real Betis, se sentó ante los medios con una energía palpable. No era solo un partido más; mañana se enfrentan al Jagiellonia en la ida de cuartos de final de la Conference League. «Estamos en un buen momento y tenemos que demostrarlo con hechos en el campo», dijo con firmeza.
La emoción de la afición y el reto por delante
Pellegrini no podía ocultar su alegría al ver que más de 50.000 entradas ya estaban vendidas para este crucial encuentro. «Es genial ver tanto apoyo porque sabemos que estos partidos son complicados», reflexionó mientras recordaba lo difícil que puede ser este camino. La mentalidad del equipo es clara: hay que dar lo mejor en casa para llegar a Polonia con una ventaja.
El rival, aunque desconocido para muchos, tiene un recorrido impresionante; campeón de liga polaca el año pasado y ahora luchando por estar en lo más alto otra vez. «No podemos confiarnos ni pensar que lo hecho hasta ahora sirve para mañana», subrayó Pellegrini. A medida que las emociones aumentaban, se hacía evidente que la clave está en jugar cada partido como si fuera una final.
El ambiente se tornó reflexivo cuando habló sobre la importancia de mantener los pies en la tierra y no dejarse llevar por ilusiones futuras: «Primero hay que ganar mañana antes de pensar en semifinales o finales». Esta sensatez también aplica a su análisis sobre cómo ha evolucionado el equipo tras momentos difíciles durante la temporada; creían firmemente en su trabajo incluso después de una derrota angustiosa frente al Celta.
Pellegrini cerró sus declaraciones abordando también las expectativas sobre sus jugadores: «Isco y Lo Celso son piezas clave y debemos encontrar la mejor manera para tenerlos juntos en el campo». Con un tono esperanzador, concluyó recordándonos que cada victoria suma y cada paso cuenta hacia grandes logros.