En un escenario repleto de entusiasmo y miradas esperanzadas, el presidente de la Federación Real Marroquí de Fútbol, Faouzi Lekjaa, ha compartido un deseo que resuena con fuerza: que Marruecos juegue la final del Mundial de 2030 contra España en su capital, Casablanca. Durante su intervención en el Congreso Internacional del Fútbol que se lleva a cabo en Rabat, este líder no solo planteó la idea, sino que la hizo vibrar entre los asistentes con risas y aplausos.
Un encuentro entre culturas
“¿Por qué no una final entre Marruecos y España en Casablanca?” exclamó Lekjaa, enfatizando la importancia de esta cita que reunirá a dos continentes. Su visión es clara: aprovechar el evento para recordar a los más jóvenes el rico patrimonio cultural que une las dos orillas del Mediterráneo. En un mundo donde el fútbol puede ser puente y conexión, él lo sabe bien.
Aprovechando la ocasión, también mencionó que el torneo comenzará en Sudamérica para celebrar un siglo desde el primer Mundial. Sin embargo, no solo se trata de fútbol; Lekjaa aspira a que Marruecos se convierta en la tierra del encuentro futbolístico, ofreciendo oportunidades para los jóvenes talentos más allá del evento mundialista. “Marruecos tiene una hoja de ruta clara desde hace 25 años”, afirmó con firmeza. Desde mejorar aeropuertos hasta desarrollar infraestructuras ferroviarias, su país avanza sin esperar un evento deportivo específico.
Así que ahí lo tenemos: una ambición palpable y un mensaje claro. Marruecos está listo para dejar huella en el futuro del fútbol mundial y nosotros no podemos hacer otra cosa más que seguirlo con atención y expectativa.