En Zaragoza, Jair Amador está viviendo una auténtica montaña rusa emocional. Este central portugués del Real Zaragoza ha pasado de ser un jugador al que casi nadie quería a convertirse en un pilar fundamental del equipo. ¿Cómo es posible? Su historia se ha vuelto digna de contar.
Recordemos que la temporada comenzó con incertidumbre para él. Descartado en verano y relegado a un quinto plano, las circunstancias le han dado la vuelta a la tortilla. En menos tiempo del que imaginamos, pasó de ser el villano tras cometer un error a convertirse en héroe por su gol decisivo frente al Mirandés. ¡Menuda transformación!
De la sombra a la luz
A sus 35 años y con el contrato expirando este verano, Jair ha decidido no dejarse llevar por el pesimismo. “Es una campaña muy dura a nivel personal”, comenta con sinceridad, pero también añade que “eso ya es el pasado”. Con esa actitud resiliente, se ha aferrado al equipo titular desde febrero, demostrando que tiene mucho que aportar.
Su veteranía brilla incluso sin el brazalete de capitán. A pesar de los errores cometidos -como aquel en Santander- ha sabido levantarse y ofrecer su mejor versión justo cuando más lo necesitaba el equipo. “Hay que seguir mirando hacia adelante”, insiste Jair, reafirmando su compromiso con el Zaragoza.
Aunque probablemente se marchará en verano, su deseo es claro: salvar al conjunto maño antes de decir adiós. La lucha continúa y él está dispuesto a darlo todo hasta el último pitido del árbitro.