La historia de Álvaro Valles y Javi Muñoz es un claro ejemplo de cómo las decisiones en el mundo del fútbol pueden ser tan arbitrarias como desconcertantes. Ambos jugadores de la UD Las Palmas comenzaron esta temporada con el futuro incierto, ya que su contrato llegaba a su fin. Sin embargo, mientras uno fue relegado a la grada sin compasión, el otro se ha convertido en un indiscutible titular del equipo.
Valles, tras una temporada brillante que le valió el interés de varios clubes, decidió no renovar con el equipo canario porque su objetivo era marcharse al Betis. A pesar de que la dirección del club había rechazado una oferta por él anteriormente, optó por dejar claro su deseo y prefirió no firmar con el OM cuando todo parecía acordado. La respuesta del club fue contundente: “Renovar, salir traspasado o grada”, dijo Miguel Ángel Ramírez, presidente del club. Y cumplió su palabra; Valles quedó apartado.
A dos velocidades
Por otro lado está Javi Muñoz, quien a pesar de estar en una situación similar –sin renovación y con riesgo de marcharse al final de la temporada– se pasea cada jornada como titular indiscutible. ¿Qué ha cambiado? La incertidumbre clasificatoria parece haberle otorgado un salvoconducto que Valles no tuvo. Mientras Ramírez asegura que se preocupa más por lo cotidiano que por los contratos, muchos nos preguntamos: ¿por qué esta diferencia tan marcada?
Dentro del vestuario resuena un eco preocupante: si Las Palmas logra salvarse, Muñoz podría seguir en la isla; si no, es posible que siga los pasos de otros compañeros que han encontrado nuevos horizontes lejos del club. Por ahora, solo queda esperar y ver cómo se desarrollan las cosas en este tablero repleto de sorpresas e incertidumbres.