Joan Laporta, ese personaje que para muchos es un verdadero ícono del fútbol, ha conseguido lo que pocos se atreverían a imaginar. En un giro casi mágico, ha logrado que figuras como Florentino Pérez y el Secretario de Estado Rodríguez Uribes –reconocido madridista– quieran ver al Barça triunfar. Es una situación tan surrealista como intrigante: ¿cómo es posible que el mismo Laporta que juega con las reglas a su antojo termine siendo la estrella del espectáculo?
Un juego de triquiñuelas
Con cada paso que da, parece desafiar a LaLiga y sus normas, burlando el control financiero establecido. Mientras otros equipos luchan por cumplir con las exigencias económicas, el Barça se mueve entre palancas y amnistías políticas como si nada. El hecho de que Florentino haya echado una mano al Barcelona en momentos críticos hace aún más ruido en la comunidad futbolística. ¿Acaso esto no es una burla a todos los clubes que están intentando hacer las cosas bien?
Y no podemos olvidar esos 517 millones metidos en la saca del Barça gracias al acuerdo por los derechos de televisión. Dinero fácil para reforzar el equipo con estrellas como Lewandowski y Koundé, mientras otros equipos tienen que pensar dos veces antes de fichar un jugador promedio. Este monopolio del éxito deja mal sabor de boca entre los demás clubes.
Parece ser que para Laporta todo está permitido: desde contratar auditores hasta hacer malabares contables impresionantes para mantener su estatus. Lo cierto es que esta situación clama al cielo; no solo afecta al fair play económico sino también a la credibilidad del deporte rey en España.
En este contexto, resulta evidente que hay algo profundamente incoherente cuando los 18 clubes restantes observan desde la sombra sin atreverse a levantar la voz. ¿Por qué? Tal vez porque saben que enfrentarse a este monstruo llamado Barça es como intentar detener un tren desbocado.
La pregunta queda en el aire: ¿hasta cuándo podrán callar estos equipos ante las andanzas de Laporta? Y mientras tanto, nosotros seguimos siendo testigos de cómo se escribe esta historia llena de intrigas y sorpresas.