En Oviedo, los ecos de una crisis empiezan a amainar. Y es que Santi Cazorla, el capitán del equipo, ha decidido alzar la voz justo cuando más se necesita. Tras la destitución de Javi Calleja y la llegada de Veljko Paunovic, el mensaje es claro: hay que cerrar filas en estas diez últimas jornadas que quedan por disputar.
Cazorla, quien no oculta su aprecio por Calleja, se dirigió a los medios con sinceridad. «Todos somos culpables», dijo. Y aunque el entrenador sea quien pague el pato, hay que mirar hacia atrás y reflexionar sobre lo que se ha hecho mal. Este club merece más y todos han puesto su granito de arena, según él.
Un llamado a la humildad y al compromiso
La exigencia del oviedismo ha sido una constante esta temporada. Cazorla entiende perfectamente que es momento de dejar las críticas a un lado: «Bajemos a la realidad». La situación no es desesperada; estamos sextos en la tabla y cerca del ascenso directo. ¡Eso tiene su mérito!
A pesar de las turbulencias recientes, hay esperanza. El nuevo míster Paunovic ya está aquí y Cazorla está dispuesto a colaborar: «No tengo muchas referencias sobre él, pero estoy aquí para ayudarle». Así pues, los ojos están puestos ahora en cómo este nuevo capítulo se desarrollará con el partido contra el Málaga asomando por el horizonte.