La noticia ha dejado un vacío enorme en el corazón del baloncesto de Palma. Toni Capó Gayà, a sus 81 años, nos ha dejado y con él se apaga una luz que iluminaba la trayectoria del SCD Hispania, uno de los clubes más representativos de nuestra isla. Su legado es inmenso y su ausencia se siente profundamente entre quienes tuvieron la suerte de conocerlo.
Toni fue uno de esos motores que empujaron el baloncesto en la barriada de es Vivero. Junto a su hermano Joan, también fallecido, se dedicó incansablemente a mantener vivo el espíritu del club desde su fundación en 1942. Fueron parte fundamental en las celebraciones de los aniversarios más importantes, dejando huella no solo en el deporte sino también en la comunidad.
Un legado que perdura
Su figura es clave para entender cómo el Hispania ha sobrevivido incluso en los momentos más difíciles. No solo formó parte de la junta directiva como secretario; fue el artífice de la creación de la Agrupación de Veteranos, un espacio donde exjugadores, técnicos y aficionados encontraban un hogar. Aunque ya no esté vinculado directamente al club, su impacto es indeleble y su dedicación desinteresada siempre será recordada.
Toni también dejó su huella en la Federació de Bàsquet de les Illes Balears, destacándose por su inteligencia y habilidad con los números. Y no solo eso; también aportó su sabiduría al Atlético Baleares. Sin duda, estamos ante una pérdida irreparable para todos nosotros.

