Fue una tarde cualquiera en el Palau de Son Moix, pero lo que ocurrió durante el descanso del partido entre el Fibwi Palma y el Ourense se convertirá en uno de esos recuerdos imborrables. En medio de la emoción por un encuentro de baloncesto, Miguel Ángel decidió dar un paso más allá. Con el corazón latiendo a mil por hora, se arrodilló en pleno centro de la pista y le pidió la mano a su amada Susana, una apasionada aficionada del equipo local.
Un momento que nos hizo vibrar
Aquella imagen fue pura magia. Los aplausos estallaron entre los presentes, y las lágrimas brotaron al instante. ¿Quién no se siente conmovido ante un gesto así? La respuesta positiva de Susana no solo llenó sus ojos de lágrimas, sino también los nuestros. Todos compartimos ese instante único, como si fuéramos parte de su historia.
Esa emocionante escena se vivió mientras el Fibwi Palma luchaba en la cancha por lograr otra victoria (83-76) frente a los gallegos. Aunque al descanso iban perdiendo (40-41), supieron darle la vuelta al marcador y celebrar no solo una victoria más hacia su objetivo de permanencia en esta segunda categoría del baloncesto español, sino también un amor que se sella bajo las luces del deporte.

