En una noche de baloncesto que se recordará, el Palmer Basket Mallorca Palma logró romper su mala racha y cosechar su primera victoria de la temporada ante el Hestia Menorca, con un emocionante 83-80 que hizo palpitar a todos los presentes. El partido fue un vaivén de emociones, donde ambos equipos salieron a darlo todo desde el primer minuto. Con Golden Dike como estrella en la pintura, el Palmer mostró agilidad y velocidad en sus ataques.
Un derbi cargado de tensión y estrategia
Bajo la dirección provisional de Pablo Rosado, mientras que Lucas Victoriano observaba desde las gradas tras la reciente dimisión de Marco Justo, el equipo se notó más cohesionado. La incorporación del pívot Danny Agbelese, quien debutó esa noche, trajo calidad al juego. Por otro lado, los triples de Tray Hollowell fueron fundamentales para mantener al equipo en la lucha.
A pesar del buen inicio del Hestia Menorca, liderados por un confiable Spencer Littleson, el empuje del Palmer les permitió acortar distancias rápidamente. En un segundo cuarto lleno de esfuerzo defensivo, destacaron los tiros lejanos de Ander Urdiain, quien metió dos triples cruciales y ayudó a tomar impulso. El marcador reflejaba una mínima ventaja para los locales al llegar al descanso: 44-43.
La segunda mitad comenzó con el Palmer desatado; lograron despegarse hasta alcanzar una ventaja notable (64-55), dejando al Hestia algo perdido en la cancha. Pero no todo estaba decidido aún. A medida que avanzaba el último cuarto, los visitantes apretaron y lucharon por recuperar terreno. Sin embargo, gracias a una bandeja decisiva de Hansel Atencia, el equipo palmesano recuperó el control a solo 4 segundos del final.
Nuno Sá selló la victoria con un impresionante mate en contraataque tras una última posesión fallida del Menorca, poniendo así fin a este derbi tan intenso con un marcador final de 83-80. Un triunfo muy necesario para un Palmer que finalmente puede respirar tranquilo después de tantas adversidades.

