Marco Justo ha tenido un año para recordar. Con un Eurobasket bajo el brazo, gracias a su trabajo con la selección española sub-18 y un ascenso fulgurante en el Palmer Basket, no es de extrañar que se sienta en la cima del mundo. Sin embargo, como él mismo dice, «va a ser difícil superar este 2024-2025». Y es que su trayectoria como entrenador principal ha sido una montaña rusa de emociones, llena de logros que han llegado tras mucho esfuerzo.
Un camino lleno de desafíos
Hablando con este periódico, Marco destacó que aunque los resultados puedan parecer fáciles, la realidad es bien distinta. «El triunfo en este torneo ha sido la recompensa de todo el trabajo realizado durante semanas», aseguró. Y sí, eso incluye aplicar sistemas tácticos meticulosos y una defensa intensa que se tradujo en esa ansiada medalla de oro.
No fue fácil llegar hasta aquí; se enfrentaron a grandes rivales como Letonia y Francia, selecciones que habían eliminado a otros contendientes fuertes. «Eliminamos a Letonia, una de las claras aspirantes al título», recuerda Marco con orgullo. Esas victorias son más valiosas cuando uno piensa en lo complicado del camino.
La final fue un espectáculo por sí mismo: remontar una desventaja considerable y cerrar el partido con un triple casi sobre la bocina de Del Pino para dejar el marcador en 82-81. «Así querríamos todos ganar una final», reflexiona Justo. Estar siete puntos abajo a 37 segundos del final y llevarse el trofeo es algo épico.
Ahora mira hacia el futuro con esperanza. Aunque hemos visto marcharse a una generación dorada, hay jóvenes talentos listos para tomar las riendas de la selección absoluta. «Hay muchos jugadores que podrán entrar en ese primer equipo», afirma convencido Marco. Con talento emergente y un gen competitivo fuerte entre manos, parece que España tiene aún mucho por ofrecer.